sábado, 29 de marzo de 2008

Memorias de un cadáver (II parte)

"Confieso que he vivido"... Ahora, cuando el ocaso de la vida ha derivado en mi muerte, confieso que he vivido. Estar muerto es una sensación diferente, yo diría que incluso agradable. En medio de la nada, puedo hacer balance de lo que fui; he aquí lo que más me interesa, saber si fui lo que realmente quise. En verdad, no tengo nada mejor que hacer, sólo meditar en mi lecho. Hace tiempo que nadie piensa ya en mí, nadie viene ya a visitar los restos de mi memoria... He caído en el más absoluto de los olvidos, esto era lo que me aterraba en vida, esto es lo que me aterra en muerte. Porque por lo demás, reconozco que nunca temí a la buena señora de la guadaña; recuerdo que hubo un tiempo en el que abracé, aunque no con mucho convencimiento, aquello de "muere joven y deja un cadáver bonito". Hasta que entendí que belleza y muerte son del todo incompatibles.

jueves, 27 de marzo de 2008

Mi primera culturación... un sentimiento

Un sentimiento que me provoca una gran duda:

¿Qué se supone que tienes que hacer cuando de repente te das cuenta de que todo está cambiando y de que todo lo que conocías va a desaparecer ya?

domingo, 23 de marzo de 2008

Memorias de un cadáver (I parte)

Finalmente, consiguió superar una enfermedad que la tuvo fuera de juego durante algo más de 10 meses. La enfermedad era mortal, pero en aquella ocasión no había podido con ella. Ese estar al límite del abismo transformó su vida: decidió vivirla con la libertad de quien tiene presente el peligro de la mortalidad, con la sonrisa siempre a flor de piel, sin dar cuentas en vida, porque ésta se le escapaba a cada suspiro. Recordando esta historia me embriaga la tristeza, yo, muerto que nada siento. NO derramé una lágrima entonces, tampoco ahora... Cadáver paralizado, enajenado, acongojado frente al sufrimiento ajeno. Acaso su oculto y profundo dolor me caló entonces y no he conseguido sacudirme la pena ni tan siquiera ahora, ahora que yazco.

domingo, 16 de marzo de 2008

Libertad

"Si no hay libertad, ¿qué somos nosotros? Juguetes en el universo. Esta, la libertad, no se posee a la manera de un objeto, se experimenta, se vive, es afirmación, es la persona quien se hace libre, después de haber decidido ser libre y en ninguna parte encuentra la persona la libertad dada y constituida" (E. Mounier).

miércoles, 12 de marzo de 2008

Apuntes sobre la mediocridad

El tomar conciencia de su propia mediocridad lo hundió en un terrible estado de melancolía, de tristeza por lo que nunca fue, por lo que nunca sería. Dolor, también, por saberse observado como lo que era en realidad. Definitivamente, nada tenía sentido, todos contra él y él frente al mundo. Rabia y desesperanza contenidas. Sólo le quedó una salida.