miércoles, 23 de abril de 2008

El esperado segundo relato del concurso

Si ya era duro publicar el primer relato, todavía es peor hacerlo en segundo lugar. Pero, ¿qué mejor que empezar una historia para celebrar el día del libro?

Una muerte, un misterio y un matrimonio
por María
Sintió que le estallaba el corazón. Como si la realidad le golpeara fuertemente en la cabeza. Hasta ese momento, la Muerte no era más que un rumor, una leyenda que había ido de boca en boca y que contadas veces se había cruzado en su camino. En lo más profundo de sí, todavía tenía la infantil esperanza de que no fuera real. Hasta ese momento, la Muerte no había existido. Pero ahora su tío, su única familia, yacía sin vida. Estaba allí, ante sus ojos, al otro lado del cristal.
Hacía ya veinte años que había sufrido la última muerte cercana, la de su hermano. Pero ésta nunca la tomó como cierta. No la vio. Había llorado la pérdida, la ausencia, pero nunca la muerte. No, nunca fue real.
Una vez más, se dio la vuelta, mirando alrededor, deteniendo su mirada en la puerta. Nadie. Igual que hacía una hora; igual que ocurriría dos horas después. Nadie. Nunca había sentido tanta soledad como en ese momento. Aun así, pensó que tal vez sería adecuado decir unas palabras, aunque nadie más las oyera. Sacó de su bolsillo un papel arrugado y amarillento que siempre llevaba encima. Se lo dio su hermano, aunque él no era el autor del texto. Conocía su contenido de memoria, pero no pudo evitar leerlo una vez más:
“No vayáis a mi tumba y lloréis. /No estoy allí, no duermo. /Soy miles de vientos que soplan. /Soy copos de nieve que centellean. /Soy trigo dorado al sol. /Soy una suave lluvia de otoño. /Soy las estrellas que brillan por la noche. / No vayáis a mi tumba y lloréis. /No estoy allí, no he muerto.”
Por primera vez reparó en que estas últimas palabras resaltaban sobre el manchado papel, y las repitió mentalmente. “No estoy allí, no he muerto”. Nunca había entendido por qué su hermano mayor le había dado esto cuando sólo tenía siete años. ¿Tendría algún significado?

viernes, 18 de abril de 2008

Primer relato del concurso... Alguien tenía que empezar, ¿no?

Bueno, mis queridos todos, aquí va la primera parte de mi primer relato. Sé que es estupendo y maravilloso pero, por favor, no os desaniméis, vosotros también podéis hacerlo, jeje (espero que se haya notado el tono de ironía).

UNA MUERTE, UN MISTERIO Y UN MATRIMONIO

por Leo

México DF. 3 de la mañana. Las calles estaban semivacías. No hacía frío, pero a pesar de ello sentía como casi todos sus miembros estaban congelados. Iba muy abrigado: bufanda, chaqueta, jersey de cuello vuelto. Llevaba días con subidas de fiebre, con leves alucinaciones, sin comer prácticamente nada. Sólo bebía, a ratos, mezcal. Los somníferos hacían el resto. Subió por el paseo reforma, tratando de localizar la calle que le llevaría a casa, pero todas le parecían iguales. Se acercó a una pareja para preguntar por la ubicación de su casa, pero los dos tortolitos, asustados, le empujaron y salieron corriendo. 4 de la mañana. Pensó en dormir ahí tirado, en medio de la nada, pues la desesperación estaba a punto de superarle. Al fin dio con la miserable calle. Apenas sin luz, olía a putrefacción; la mezcla de basura y orines hacían el ambiente insufrible. Junto al casco histórico, el barrio de Tepito era el sitio en el que había terminado pernoctando y mal viviendo. Hacía mucho tiempo que llegó a aquella ciudad y todavía se sentía como un auténtico extraño. No conseguía reconstruir un relato coherente, sólo recordaba a ratos fragmentos, flashes de escenas que vivió, retazos sin ningún sentido. Ahora dudaba de su estado mental; acaso en ningún momento había estado del todo consciente... Se tiró encima de una montaña de mantas, sábanas, ropa y algún resto de comida… No recordaba ni tan siquiera si había cerrado la puerta. 5.30. Despertó de la duermevela súbitamente. Aporreaban la puerta, como un estruendo. Casi no le dio tiempo a reaccionar. “¡Abra la puerta, abra la puerta!”. Creyó que era una broma de mal gusto, algún borracho que buscaba una cama en la que yacer. “¡Abra la puerta, abra la puerta o la tiramos abajo!” El susto le oprimía el pecho, las palpitaciones se le habían disparado. Abrió la puerta. Frente a él, nueve hombres y una mujer que se identificaron como policías. “¿Vive aquí Urbano Pérez?”, “Sí soy yo”, “Traemos una orden de registro”. Estaba realmente nervioso. Su pensamiento ahora se tornaba más confuso que nunca. “Traemos orden de utilizar la fuerza en caso de obstaculización a la justicia”. Urbano no opuso resistencia. Firmó la orden de registro. Balbuceó algunas palabras, algunas frases confusas y sin sentido. Le entraron unas terribles ganas de llorar, mientras algunos vecinos se asomaban a la puerta para ver qué es lo que había hecho el “gringo”. Recordó su infancia en España, al sur del país, en las cálidas playas del mediterráneo. Fue el único pensamiento nítido que tuvo durante meses. Largos meses. Demasiados meses. Catorce interminables meses.

lunes, 14 de abril de 2008

Los consejos del maestro Ribeyro

Ahora que estamos en plena vorágine creativa, nos pueden venir bien los consejos de un gran narrador como Julio Ramón Ribeyro. Este escritor peruano, nacido en Lima en 1929, obtuvo el Premio Juan Rulfo de cuentos en 1994, el mismo año en que falleció. Considerado uno de los mejores cuentistas de Hispanoamérica, con varias décadas de experiencia, Ribeyro es un maestro en el arte de contar historias. Algunas de ellas, como La insignia, cargadas de ingenio e ironía. Quiero compartir con vosotros su “decálogo del perfecto cuentista”:

  1. El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.
    2. La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada real.
    3. El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
    4. La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos no existe como cuento.
    5. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.
    6. El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
    7. El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
    8. El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
    9. En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.
    10. El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.
    “La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo”, Julio Ramón Ribeyro.
¿Alguien se anima a rescatar las recomendaciones de otros escritores, o incluso, como dice Ribeyro, a inventar un nuevo decálogo?

lunes, 7 de abril de 2008

I concurso internacional de relatos blog: "Cogiendo el testigo de Mark Twain"

A continuación, publicamos las bases del I concurso internacional de relatos blog

1. Tema del relato

Cada participante deberá redactar dos relatos.

El primero de ellos debe contener las siguientes temáticas: una muerte, un matrimononio y un misterio

El segundo de ellos contendrá tres temáticas antónimas: un nacimiento, un divorcio y un misterio resuelto.

2. Todos los concursantes serán miembros del blog hasta que acabe el concurso, para que cada uno publique directamente sus propias historias.

3. Los relatos podrán publicarse en un sólo comentario o por capítulos.

4. Los relatos que publique cada participante deberán incluir las siguientes etiquetas: nombre del autor (nombre del perfil), el título del relato que aparece en el apartado número 1 y el capítulo del relato (en caso de que se publique por partes).

5. Los relatos tendrán un mínimo de 800 palabras y un máximo de 1000.

6. La primera fase del concurso finalizará el 31 de mayo. La segunda fase lo hará el 30 de junio, ambos inclusive. Tras cada una de las fases, todos los participantes deberán seleccionar un relato. El que obtenga un mayor número de votos será el ganador de cada una de las fases. Los dos relatos ganadores competirán en una tercera votación.

7. El relato ganador obtendrá un maravilloso premio (por determinar).
8. Todos los participantes deberán proporcionar un mail para que la administradora del blog (María) los haga miembros de este espacio web antes del 15 de abril. En esa fecha finaliza el plazo de inscripción a este concurso.
Lo que queda dicho el 7 de abril de 2008 en la ciudad de Murcia (Región de Murcia, España).

miércoles, 2 de abril de 2008

¡¡Gran concurso literario!!

En marzo de 1876 Mark Twain propuso al director de una prestigiosa revista "reunir a una buena y devota pandilla de autores" que escribieran un relato a partir de una estructura común.
Los relatos se irían publicando en esa revista por partes, y finalmente se decidiría qué historia era mejor.
El proyecto no prosperó y Twain fue el único autor que escribió su relato, titulado Un misterio, una muerte y un matrimonio, que cayó en el olvido durante años.

Pues bien, se nos ha ocurrido que, con motivo del 132º aniversario del proyecto (un número tan importante como cualquier otro), lo saquemos a flote, nada más y nada menos, que en Culturaciones. ¿Acaso hay un lugar mejor para hacerlo?

En el momento en que se apunten cinco o más personas se pone en marcha el asunto, aunque si al final los valientes somos menos, hay un proyecto en la recámara. ¡Ánimo!